0-0 otra vez.
La historia del primer lapso se reduce a un par de jugadas aisladas y una de ellas a balón parado. Tigres y Tecos se enfrascaron en una lucha sucia por el dominio del medio campo, la gente hábil simplemente no pudo hacer su futbol de otros días y el empate a cero fue una muestra inegable del partido tan lento que se vivió en Zapopan.
La primera jugada tardó en llegar. Fue al 14 con un tiro de fuera del área de parte de Omar Bravo, el mochiteco se acomodó y tiró pero el envió pegó en el poste.
Después el partido siguió sin arrancar. Sin provocar emociones, sin justificar la presencia de casi diez mil personas.
Tecos no podía llegar al área rival, Rodrigo Ruiz era incapaz de superar a sus custodios, no pasaba y el balón no llegaba a Graf. El duelo caía en un ritmo lento, donde la siguiente jugada peligrosa fue hasta el 35 en un tiro libre. Resulta que Lucas Lobos buscó hacer una segunda jugada con Molina quien conectó de cabeza, pero antes de que llegara Bravo, Corona cortó y culminó la más elaborada del primer tiempo.
El segundo lapso fue más revolucionado en un principio. Ya que al 51 los emplumados se pudieron plantar frente al arco del "Conejo", pero Elgabry Rangel desperdició su oportunidad. Le quedó al pie bueno, pero estampó su tiro en la cara del portero visitante.
La variante táctica de los felinos llegó cuando sacaron a Omar Bravo, y la unánime voz de la patria lo abucheó con ganas y en su lugar entró Ariel Bogado. Pero con el paraguayo no cambió mucho Tigres, quienes le apostaron todo a las piernas de Lucas Lobos; quien al 66 puso a prueba a Jesús Corona.
Individualidades sólo eso era el segundo tiempo; pero eran jugadas con desgano, hasta cierto punto con flojera. El punto servía y no caer era un consuelo mayúsculo. Cuando el empate era una inminencia, llegó un tiro de Mario Ortiz, pero Óscar Pérez controló el tiro y se diluyó la ilusión zapopana.
En el 86 en un tiro de esquina se armó el toma y toma en el área de la visita, pero en la última jugada le quedó a Graf, pero el "Monstruo" se la comió toda.
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